Comer es algo fascinante para muchas personas, pero no sería tan atractivo si sus platos son a base de insectos y otros animales a los que generalmente les tienen miedo o repulsión. Lo cierto es que será una de las alternativas para calmar el hambre en un futuro. A muchos les produce nauseas el solo imaginar que pueden llevar a su boca un insecto y no tanto por hambre sino por conocer una cultura, las formas de preparación, las innovaciones gastronómicas que se hacen y el simple hecho de romper con la rutina. Pero lo cierto es que eso que antes se consideraba netamente tradición de una cultura o etnia está quedando atrás, pues ahora son los especialistas y biólogos, los que recomiendan que comer insectos es muy saludable. Según ellos para poder calmar en hambre y pensándolo en condiciones extremas, nada mejor que encontrar un delicioso platillo en medio del pasto, del campo, debajo de una piedra o entre la tierra.
Todo está analizado a partir de los pronósticos que dio la ONU, en el que dicen que en el año 2015 será casi imposible reducir la hambruna a la mitad. Sumado a esto, está el precio elevado de los alimentos o la escases de otros por crisis económicas o por los constantes y graves cambios climáticos que se están presentando. El agua también está reduciendo su vida en la tierra y las enfermedades serán el problema más grave. Lo que también preocupa es que la población aumentará, la calidad de vida será menor, la producción de alimentos deberá ser duplicada y realmente no hay ni medios, ni espacio, ni tiempo para poder lograrlo. Entonces el objetivo se enfoco en la seguridad alimentaria aprovechando lo que se tiene y la solución está en la naturaleza, que aunque esta algo deteriorada, aun tiene futuro y en ella están los insectos y otros animales pequeños e invertebrados que pueden aportar una cantidad de nutrientes increíbles a las personas, por ejemplo, vitamina A, antioxidantes, hierro, yodo y zinc.
El problema radica en el rechazo que la mayoría de población tiene por estos seres y ni siquiera puede ser por el sabor, porque lo desconocer, sino que es solo la apariencia de cada uno de estos bichos, lo que los hace repugnantes. Ahora los que más se están consumiendo pero combinados con otro tipo de alimentos son las cucarachas, que se envuelven en quesadillas como si fueran una especie de taco, o un gusano que se acompaña de salsas o ají y una tostada para que el cambio no sea tan fuerte. La rata de campo es otro animal que clasifica en esta alimentación bastante exótica y es que según los criadores y cazadores de estos animales, son sanos, son más limpios y con muchos beneficios con respecto a nutrientes, pues crecen y maduran en el campo y en esto es en lo que difieren de las ratas de ciudad, que viven en los caños y alcantarillas, contagiadas de todo tipo de infecciones. Quienes la han comido, dicen que su sabor es semejante al conejo y aunque al principio es algo complicado por los paradigmas gastronómicos, al final es cuestión de costumbre para poder comerla con normalidad.