¿Cuáles, son las claves para poder mejorar nuestra salud y cumplir el tratamiento medico? Todos los tips en esta nota. Cuando consultamos al medico y nos recomienda un tratamiento a seguir, pensamos que ya tenemos la solución en nuestras manos. Pero, lejos de que esto sea así, con el pasar de los días, nos damos cuenta de que nos cuesta mucho cumplirlo. Nos olvidamos de tomar los medicamentos, no dejamos de fumar, evitamos el ejercicio físico y no comemos alimentos saludables.
Los hábitos alimentarios son una repetición de actos, y solo se van adquiriendo de a uno, sobre todo en la edad adulta. Es diferente en los niños que aprenden varias cosas al mismo tiempo, pero en la adultez, donde ya el aprendizaje es mas limitado y los hábitos se han arraigado, se considera que para cambiar la forma de alimentación es óptimo hacerlo de a un cambio por vez. Es decir que si una persona come carne, pescado, pollo, huevos, y lácteos, y decide ser vegetariana, primero suspenderá solo la carne roja por un tiempo hasta que se adapte, y después de que adquiera este hábito, suspenderá el pollo y por ultimo el pescado.
Los cambios mas frecuentes que se necesitan para mantener la salud en nuestra civilización son dejar la sobrealimentación y conseguir disminuir un 30% en general de las calorías que se consumen. Hoy en día la comunidad científica solo avala la restricción calórica como método efectivo de antienvejecimiento. De aquí la importancia de poder brindarle al paciente una buena educación dentro de la consulta, para que sepa cómo seguir una escalera en ascenso hasta llegar a ingerir las calorías que necesita, para prevenir la mayor parte de las enfermedades que son responsables del 50% de la mortalidad en poblaciones civilizadas.
¿Cuáles son las claves básicas para el cambio efectivo?
Comenzar por saber cuantas calorías ingiere el paciente, que se logra por medio de un interrogatorio detallado de su alimentación.
Saber cuantas calorías gasta: el paciente hará una descripción detallada de sus actividades diarias.
Se inicia una disminución progresiva de las calorías conservando los nutrientes adecuados.
Por lo general, para lograr una restricción calórica, se agregan semillas (lino, chía, sésamo, girasol) a la alimentación que tiene el paciente. Esto aumenta el volumen de fibras que esta ingiriendo y facilita la disminución de otros alimentos que no sean óptimos.
Si el paciente padece de compulsión por harinas y dulces se lo puede tratar con precursores de la serotonina, para que a los 30 días tenga un mayor control de la elección de los alimentos que se le indicará comprar.
Luego de que el paciente incorporó fibras y esta regulada su compulsión, se le enseña la manera en que puede cocinar los ingredientes que se indicaron para su salud (al vapor, al horno, a la parrilla, nunca fritos y siempre con el agregado de un buen aceite extra virgen al final de la cocción).
Empezar con el ejercicio físico
Salir del sedentarismo requiere tener un equilibrio emocional mínimo para comenzar, dado que si el paciente se encuentra en una depresión severa o en un cuadro compulsivo grave por la comida, requerirá de un tratamiento previo de estos trastornos.
Hoy se considera sedentaria a toda persona que camine menos de 25 cuadras por día o que haga una actividad que equivalga a ello. El sedentarismo esta considerado un factor de riesgo cardiaco, por lo cual, la recomendación consiste en:
– Caminar dando vueltas manzana al domicilio para que la persona se sienta segura de poder volver si lo necesita.
– Caminar con calzado deportivo.
– Caminar sobre superficie plana.
– Caminar a una velocidad que no provoque el aumento brusco de la frecuencia cardiaca.
Estas indicaciones mínimas son referidas para cualquier paciente, incluso los cardiacos. Una vez que se logra un mínimo de 25 cuadras con todas estas precauciones, en forma continua (diaria), recién allí se puede pensar en pasar a una fase de mayor actividad física. Para esto, es esencial el chequeo cardio-respiratorio por medio de la ergometría y espirometría.
Abandonar las adicciones
Las adicción es de cualquier tipo presumen una dependencia psicológica y física. Por esta razón, toda persona adicta al tabaco o, al alcohol requiere una contención psicológica, de sus pares y de un profesional psicoterapeuta.
Muchas veces, por la dependencia física es necesaria una ayuda química con elementos que el medico indicara y que serán siempre menos nocivos que la droga a la cual se es adicto. La experiencia ha demostrado que para dejar una adicción, cualquiera que esta sea, es fundamental contar con el deseo sincero y firme del paciente de curarse. Con la ayuda antes descripta podrá hacerlo de golpe, de un día para el otro, habiéndose preparado por su mismo deseo para la fecha en la que tome la decisión.
Hay pacientes que celebran el aniversario año tras ario en que pudieron abandonar una fuerte adicción, reconociéndose dependientes aún de ella para reavivar la motivación y no volver a caer.
10 claves para un tratamiento exitoso
1. Concientizarse de que el problema es de uno y no del médico.
2. Reconocer que uno mismo es el motor y el director del proceso de recuperación o adherencia al tratamiento.
3. Comer en base a frutas y verduras.
4. No fumar.
5. Evitar excesos.
6. Hacer ejercicio físico en forma diaria, al menos 30 minutos por día a un ritmo en el que notemos que aumenta algo nuestro esfuerzo respiratorio o transpiremos un poco. No es correr ni tampoco es ver vidrieras.
7. Respetar las horas de descanso y sueño.
8. Recordar que los factores de riesgo modificables son el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión, el colesterol alto, el estrés, la obesidad y el sedentarismo.
9. Entender que si uno controla los factores de riesgo modificables puede reducir un 60% la probabilidad de padecer un infarto o una muerte súbita.
10. Entender que las cosas no les pasan a los otros, y que nosotros también somos vulnerables.