Incentívate con el movimiento y pon en práctica estos tips que harán una diferencia importante en tu forma de alimentarte. 1. Sal a caminar
Camina lo más que puedas. Caminar ayuda a quemar calorías y es un excelente ejercicio cardiovascular. Tiene bajo impacto, no ejerce mucha presión sobre las rodillas, y además lo puedes hacer en distintos momentos y lugares. Es ideal cuando te falta tiempo para ir a un gimnasio.
Proponte subir por la escalera en lugar de usar el ascensor, y estacionar el auto lejos de la puerta. Si puedes hacer 3 caminatas de 10 minutos todos los días habrás completado 30 minutos de ejercicio, que no es poco decir.
Si el clima acompaña, ¡perfecto! Y si el tiempo está frío, no te acobardes: mantente firme en tu propósito. El frío se combate con buen abrigo y, justamente, ¡con movimiento! Si hace calor, tampoco desistas: camina por la mañana temprano o al final del día, lleva gorra o sombrero, gafas para el sol y una buena cantidad de agua
2. Come más alimentos que te ayuden a adelgazar
La idea de que seguir una dieta es sólo eliminar la cantidad de comida y esperar que los kilos desaparezcan ya quedó obsoleta. Una manera más efectiva de ayudarte a adelgazar es añadir más comida a tu dieta.
Por cada golosina o hamburguesa que elimines de tu alimentación debes agregar una opción alimenticia baja en grasa y calorías. Decide dejar las papas fritas sólo para alguna ocasión especial e incluye otros refrigerios saludables en tu dieta. Los pepinos, zanahorias y pimientos funcionan bien con alguna rica salsa light y tienen menos calorías.
Cuando decidas bajar el azúcar verás que el sabor dulce no está sólo en los postres o el helado. También existen cerezas, frutillas, melones y opciones light de muchos postres. Deja de privarte y haz remplazos inteligentes con posibilidades más saludables e igualmente deliciosas.
3. Hazte amiga de los líquidos
Después de buscar tanto la solución mágica, resulta que con sólo abrir el grifo tenemos un gran aliado para adelgazar. Beber un vaso de agua, gaseosa light o una taza de caldo light antes de las comidas permite sentirse más saciado y así poder consumir porciones moderadas.
El agua ocupa lugar en tu estómago con cero calorías. Por eso, si elijes alimentos con gran contenido de líquido -como frutas, hortalizas, leche, sopas, guisos o ensaladas- estarás incorporando un volumen mayor. Resultado: más saciedad con menos calorías.
El líquido también te ayuda a mantenerte hidratada durante el ejercicio, lo cual permite moverte durante más tiempo. Ayuda a que los músculos trabajen adecuadamente y reduce las posibilidades de sufrir calambres.
4. Modera el tamaño de las porciones
De nada vale ser un especialista en calorías y cargar tu carro del super en las góndolas light si el agujero negro es la cantidad. El tamaño sí hace la diferencia. No se trata de comer como un pajarito, sino de medirse para no caer en el exceso.
La comida entra por los ojos. Llena tu plato pero usa platos de tamaño más pequeño. Comparte el postre; pide medias porciones en los restaurantes; sírvete un trozo pequeño de carne y completa el plato con mucha ensalada.
Para lograrlo más fácilmente ayúdate con las colaciones que serán el peldaño que te permitirá tener menos apetito a la hora de las comidas principales.