Este fantástico alimento también es el mejor aliado para una limpieza profunda del intestino; y su textura con cuerpo ayuda a comer menos.
El yogur, un antiguo alimento fermentado de origen turco, es un alimento que se debe incluir con frecuencia en la dieta, mucho más poco antes de la llegada de la primavera, cuando el organismo debe enfrentar la «limpieza de primavera» para librar a tejidos y órganos vitales de los excedentes de residuos que se acumularon en el tracto digestivo durante el invierno.
Estas toxinas, si permanecen en la circulación, se infiltran gradual y profundamente en el organismo, desencadenando fenómenos inflamatorios y, con el tiempo son toxinas y grasa que migran a los tejidos, determinando una pérdida de tono.
Todos los tipos de yogur contienen millones de fermentos lácticos vivos, que revitalizan la microflora intestinal: acostumbrarse a comer un pote todos los días en el desayuno, ayuda a contener el hambre nervioso y mejora la absorción de nutrientes, en beneficio de todas las actividades metabólicas.
El contenido de calcio también ayuda a controlar el apetito. Hay que decir que el yogur proviene de la fermentación de la leche, y la lactosa (el azúcar principal en la leche) de este producto ya está dividida en glucosa y galactosa, por lo que es más digerible para personas con intestino sensible e intolerancia láctica.
Las ventajas del yogur tipo «griego»
Más denso y compacto que el tradicional, el yogur griego pude ser «entero» (96 kcal por 100 gr.) o «magro» (73 kcal por cada 100 gr.), y casi libre de grasa. Ambos proporcionan una ingesta equilibrada de proteínas (tonificación) y carbohidratos (que aumentan el metabolismo), pero lo más valioso es su consistencia que «llena» la boca y el estómago y da la sensación de «comer mucho» aún ingiriendo menos calorías.
Es versátil y se puede disfrutar de muchas maneras!
Gracias a su sabor neutro, el yogur griego se presta como «base» para una variedad de preparaciones dulces y saladas. Veamos algunos ejemplos:
Batido para los deportistas
Si hace deportes, mezcle una taza de yogur griego con un plátano (rico en potasio, protege de los calambres y la retención de líquidos) y un vaso de leche de almendras (promueve la saciedad y el buen humor). Es una bebida que da energía y fácil de digerir. También se puede utilizar como una comida ligera.
Para enriquecer la ensalada
En lugar de la salsa de atún, mezclar 100 gr. de yogur griego magro con 2 filetes de anchoa, una lata de atún al natural (escurrido), una cucharada de alcaparras, tomillo picado y pimienta negra a gusto. Mezclar bien y usar la salsa para sazonar la ensalada.
En el desayuno en lugar de leche
Si tiene el estómago a menudo hinchado y el intestinos es perezoso, consumir yogur griego magro por la mañana en el desayuno en lugar de la leche, adicionando una cucharada de salvado de avena, una cucharadita de jarabe de arce y 2 ciruelas hervidas previamente.
Como aperitivo con verduras
Antes de una comida, para comer menos, disfrutar de un yogur griego mezclado con vegetales bajos en grasa en trozos (tomates cherry, calabacín en rodajas, rábanos, bastones de zanahorias, etc.), condimentado con aceite de oliva y semillas de sésamo: se desvanecerán estrías y celulitis.
Para concluir, en lugar del postre
Si desea un postre después de la comida que no «pese» mucho, pruebe un pote de yogur griego magro mezclado con una cucharadita de semillas de sésamo, una de semillas de lino y una de semillas de girasol, más una pequeña taza de bayas y un toque de vainilla.