Picazón e irritación de ojos, de nariz, de paladar y faringe; estornudos, fatiga, lagrimeo y conjuntivitis, entre otros, forman parte del conjunto de síntomas que dan origen a la alergia estacional (también llamada rinitis alérgica) que caracteriza esta… Picazón e irritación de ojos, de nariz, de paladar y faringe; estornudos, fatiga, lagrimeo y conjuntivitis, entre otros, forman parte del conjunto de síntomas que dan origen a la alergia estacional (también llamada rinitis alérgica) que caracteriza esta época del año.
Sus síntomas suelen ser confundidos con los de un simple resfrío, pero la diferencia radica en que en el caso de la rinitis la sintomatología se repite, por lo que el paciente pasa largos períodos de tiempo «resfriado».
¿El responsable? «Las lluvias polínicas primaverales«, en otras palabras, el polen que liberan ciertas plantas para reproducirse desencadena la reacción que parte de la comunidad médica asocia con «el lado molesto» de la primavera.
«La alergia es una defensa exagerada del cuerpo frente a algo que percibe como un agente nocivo, cuando en realidad es un estímulo inofensivo«, advierten los especialistas al referirse a esta «enfermedad sistémica (que afecta a varios órganos a la vez) y crónica«.
¿Cómo combatir este mal estacional?
Según los especialistas, existen varias formas de tratar las alergias estacionales. Las opciones van desde evitar la exposición al polen (u otros factores) hasta consumir fármacos. Para los más osados, hay vías más invasivas para atenuar las molestias.
Con respecto a la primera alternativa, si bien no existen sustancias que los pacientes puedan evitar en su totalidad, sí pueden «tomar medidas para reducir los ataques».
Entre ellas, aparece la posibilidad de minimizar la actividad al aire libre en los días calurosos y ventosos, adquirir un aire acondicionado con filtros para polen, no dormir con las ventanas abiertas, usar anteojos de sol y viajar con las ventanillas cerradas.
En relación al consumo de medicamentos actualmente, para aliviar los síntomas, se recetan fármacos en forma de sprays nasales o bronquiales.
No obstante, para quienes no logran mejorar con estos medicamentos o están cansados de su ingesta, la Organización Mundial de la Salud aconseja también realizar un tratamiento desensibilizante.
El tratamiento consiste en administrar alergenos, como el polen, progresivamente, por vía subcutánea o sublingual, para generar tolerancia o acostumbramiento del sistema inmune.
Las últimas publicaciones demuestran la efectividad de la inmunoterapia para disminuir la intensidad y frecuencia de los síntomas. Se ha demostrado también que con dicho tratamiento la mejoría continúa incluso hasta varios años después de suspendido el mismo.
Independientemente de las alternativas que se terminen adoptando, los alergólogos enfatizaron sobre la importancia de tomar conciencia y decidirse por alguna de ellas. De esta manera no sólo se logrará controlar el problema, sino que además se podrá disfrutar de una primavera sin efectos negativos.