Los niños con síndrome de Down tienen ciertas limitaciones a la hora de comer por sus características bucales, pero pueden adquirir una buena nutrición, desde que los padres conozcan sus necesidades. Hay grupos de personas que tienen una rutina de alimentación específica y muy diferente a las de las demás personas y más estos pequeños que sufren de ciertas limitaciones y afecciones en su cuerpo, no tan graves pero que deben ser controladas también con su nutrición. Hay que tener claro que como son niños también les gusta disfrutar de los dulces, de los pasteles, de los postres y de más delicias y que el hecho de consumir sus alimentos con su familia representa algo muy significativo porque además de que comparten es algo que les facilita la comunicación y capacidades cognitivas y de habla, que frecuentemente los niños con este síndrome pueden presentar.
Pero no hay que olvidar que así como hay facilidades también hay muchos problemas en estos momentos de nutrición para los niños porque se puede generar mucho estrés tanto para los padres como para los hijos y más que estos pequeños tienden a alterar sus nervios cuando ven situaciones difíciles o en las cuales no se pueden tener control, por ejemplo, que no coman lo que les gusta, que no se hagan entender o sean forzados a consumir lo que los padres quieran darle, además se suman malestares como los estomacales sin que el papá o la mamá se den cuenta. Otro de los problemas es que algunos no saben masticar muy bien y pueden generar algún tipo de riesgo porque se atoren o se ahoguen así que hay que evaluar nuevas maneras de seguridad para dar de comer a estos niños.
La boca de ellos suele caracterizarse por tener una cavidad oral pequeña pero una lengua muy grande y presencia de hipotonía o un tono muscular muy bajo. Los problemas de salud más frecuentes son los cardiacos, respiratorios y gastrointestinales, los cuales se pueden agravar por el consumo de ciertos tipos de alimentos. Hay momentos en los que la alimentación ya sea desayuno, almuerzo o comida, dure más de media hora porque por sus características y tipologías de enfermedades les impiden la digestión fácil, el masticar alimentos duros o suaves, consumir comida muy acida o muy salada o incluso tener algún tipo de reacción frente a los dulces. Lo más recomendable mientras crecen y aprender es darles los alimentos tipo papilla o compota.
De acuerdo a su proceso, es necesario enseñarles a sentarse, manejar los cubiertos que deben ser sin filos o de materiales no peligrosos, diferenciar las texturas de los alimentos y aprender a opinar sobre los que les gusta o no, por sus gestos o alguna que otra palabra, aunque cuando sean más grandecitos ya se podrán expresar mejor. Si hay problemas con la lengua y devuelve toda la comida, hay que posicionar la cuchara en la mitad de la lengua para que puedan comer más fácil el alimento.