La diarrea es un episodio normal en la vida de todo bebé o niño y las causas pueden ser diversas, pero la mayoría de veces es la alimentación la que puede ayudar a poner freno a la situación. Si no se logra hay que recurrir a un pediatra. Es común que a los pequeños les den ciertos malestares estomacales que se conviertan en fuertes diarreas que si no se controlan pueden durar días y llevarlos a un punto de deshidratación importante. Las causas pueden ser diversas, desde ciertos alimentos a los que son alérgicos o les producen el malestar, el comer mucha fruta o jugo, algunas infecciones que adquieren en sus colegios o el consumo de antibióticos.
Una vez que se presente hay que empezar a actuar para poder controlarla y si es posible quitarla, y uno de los factores que más influye es la alimentación, por eso hay que tener cuidado con lo que se le da de comer, porque puede servir o empeorar las cosas. Lo principal es seguirlo alimentando con lo que come regularmente, porque es de la comida de donde adquieren los nutrientes que pierden a causa de la diarrea y así no se descompensaran. Por otro lado, si son lactantes, hay que seguir dando la leche materna con normalidad. Algunas veces lo que pasa es que los niños presentan una intolerancia a la lactosa, pero después el estomago vuelve a asimilarla con normalidad, entonces es como el que consuma lácteos puede alargar mas el tiempo que dure la diarrea o hacer que pase rápidamente.
No hay que asustarse cuando no come, pues es un comportamiento que sienten hasta los adultos cuando se sienten enfermos y el hambre y comer común y corriente, serán los últimos signos que aparezcan cuando el malestar haya pasado. No se tienen dietas especificas pero si se recomienda que sea a base de comidas suaves, nada de grasas, dulces o cosas que no procese rápidamente como las carnes rojas, es mejor darle alimentos que formen masas como el arroz, las frutas, almidones y las verduras, pues poco a poco ayudaran a que las heces solidifiquen. Es poco recomendable darle jugos y menos si ayudan a limpiar el intestino como la papaya, pues seguirán en estado líquido.
Hay que tener en cuenta que hay que rehidratarlos porque la pérdida de líquido durante cada deposición es muy alta, así que los sueros con sabor pueden ayudar a que el cuerpo se recupere mejor. También pueden emplearse las gelatinas y los helados de agua para el mismo objetivo, pero sin exagerar, aunque en el caso de los más pequeños, los bebés, es mejor consultar un pediatra, y hacerlo cuando no hay mejoras, señales de reducción de la diarrea o malestares peores.