Se expone una dieta adecuada para el tratamiento y prevención de cualquier tipo de cáncer.
En el mundo hay muchas enfermedades que producen temor, pero sin lugar a dudas, una de ellas es el cáncer, en cualquiera de sus formas; siempre genera una gran ansiedad por el peligro letal que representa, así éstos se den a largo plazo.
A raíz de esta situación, muchos enfermos de cáncer que han sobrevivido a su enfermedad, algunos por unos cuantos años y otros que no han contado con la misma suerte, han contado sus experiencias con el fin de dar un poco de luz a quienes apenas reciben este diagnóstico.
Muchos libros se han escrito sobre el tema, que abarca desde las dietas, los ejercicios y los estilos de vida, que sugieren los sobrevivientes del proceso, pero en lo que casi todos coinciden es en la importancia de llevar una dieta adecuada para atacar esta enfermedad.
Aquí le presentamos algunas sugerencias de dieta favorable para los enfermos de cáncer:
La primera sugerencia es una vez que se tiene el diagnóstico, intente realizar una dieta cruda durante dos semanas, dos veces al año, preferiblemente en primavera y verano como medida preventiva. La razón para sugerir estas dos temporadas climáticas es porque la dieta hace bajar las calorías y en invierno y en otoño, le costará más esfuerzo mantenerse firme.
Para quienes viven en las zonas de los trópicos, igual pueden escoger estas mismas estaciones propias o seguir los tiempos de las estaciones de otros hemisferios, pero haga la dieta de limpieza profunda.
En el caso de que el cáncer ya exista, es importante llevar una dieta enriquecida con alimentos lo más naturales que sea posible, que sean crudos ya que resultan siendo un buen apoyo en el tratamiento y la recuperación de la enfermedad.
Si la persona tiene sobre peso, lo primero que tendrá que hacer será una dieta para reducir el peso, puesto que eso le ayudará a controlar la enfermedad y luego sí podrá proceder con la dieta de limpieza profunda.
En el caso del paciente que ya ha sido diagnosticado con la enfermedad y da comienzo a su tratamiento, es fundamental excluir algunos alimentos como las proteínas animales, cualquier alimento que contenga grasas saturadas, los alimentos refinados que son como un veneno para estos enfermos, ya sean el azúcar, la sal y los fritos.
Para quienes sienten mucho la ausencia de proteína animal, pueden reemplazarla con el consumo de alimentos vegetales ricos en proteínas como el tofu, el tempeh, el seitán, las legumbres y algunos cereales, entre otros.