La naturaleza se encargó de señalar con su pincel lo que debemos comer. Los pigmentos contenidos en los alimentos son los que nos protegen. Todos aquellos alimentos que son coloridos, que resultan llamativos para nuestros ojos, son beneficiosos para la salud. La estética y la combinación de tonalidades no son conceptos privativos de la moda, sino también de una vida más sana y plena. Sólo es cuestión de no ser indiferentes a nuestros sentidos. Los estudios actuales demuestran que a medida que nos alejamos de la alimentación de nuestros antepasados, más nos acercamos a la enfermedad moderna. Evidencia de esto, es que en las sociedades tribales, donde se mantienen las dietas tradicionales, las personas consiguen una gran longevidad, y están libres de padecer muchas de las enfermedades de las sociedades modernas.
Conocer como los alimentos pueden contribuir con nuestra salud, se convierte en un compromiso indeclinable con uno mismo.
Lo que sigue es una guía práctica para recordar aquellos alimentos que deberían formar parte de nuestra dieta diaria, sus propiedades y efectos:
– Aceite de oliva, berenjena, brócolis, zanahoria, tés, cítricos, granos, frutilla, pimienta, repollo, perejil, tomate y uva. Aumentan la absorción de nutrientes e inhiben la formación de sustancias cancerígenas.
– Semillas de lino, aceite de canola, pescados de mar, nueces. Todos son ricos en Omega 3. Aumentan las defensas del organismo y bajan el colesterol.
– Frutas y verduras. Acción antioxidante.
– Te verde y negro. Frutillas y uvas. Previenen enfermedades cardiovasculares. Tienen además acción antioxidante.
– Azafrán y comino. Protegen contra los agentes cancerígenos del cigarrillo.
– Brócoli, repollo y coliflor. Inhiben el crecimiento de tumores y disminuyen su aparición. Previenen la constipación.
– Soja, porotos, maníes, habichuelas verdes, lentejas. Disminuyen los trastornos de la menopausia, y las enzimas cancerígenas.
– Rabanitos, mostaza y jengibre. Fortalecen el sistema inmunológico.
– Tomate, membrillo y sandía. Acción antioxidante. Protegen contra el cáncer de próstata y el cáncer de mama.
– Naranja, mandarina, limón y pomelo. Reducen el colesterol. Estimulan las enzimas que protegen del cáncer. Fijan el hierro y evitan la anemia.
– Ajo y cebolla. Inhiben la aparición de enfermedades cardiovasculares.
– Vino tinto y chocolate. Inhiben la mutación de células y la formación de carcinógenos, coágulos e inflamaciones.