A continuación les damos una serie de recomendaciones para realizar una mejor distribución de las comidas durante el día, dando información sobre el valor nutricional de cada una y orientando sobre las condiciones externas que deben tenerse en cuenta.
Existen muchas sugerencias en relación a la alimentación y sus hábitos, pero se puede afirmar que las básicas son las siguientes:
- Es recomendable mantener los horarios de las comidas de un día para otro y no saltarse nnguna de las comidas
- Lo ideal a cualquier edad es repartir la alimentación en 4 o 5 comidas al día, haciendo 3 comidas fuertes, como el desayuno, el almuerzo o comida de mediodía y la cena o comida de la noche e incluir una merienda entre el desayuno y el mediodía o entre el almuerzo y la comida de la noche
El desayuno: para muchos jóvenes ya sea que están estudiando o ya están en actividad laboral formal, tienen por costumbre no desayunar apoyados en varios argumentos como son: por lo general referidos a las horas de descanso, normalmente justificándose en que no están lo suficientemente despiertos como para que su apetito se halla despertado, así como también la monotonía de los menús.
Lo más recomendable es levantarse con el tiempo necesario para dedicar lo justo a las actividades de aseo y cuidado de aseo personal antes de tomarlo para así generar la sensación de hambre, por lo general la prisa en este momento del día es directamente proporcional a la pobreza del mismo, y no realizar más actividades en simultaneo, por el contrario lo más aconsejable es dedicar el tiempo sin estar hablando por chat o por teléfono, ni tampoco ver la televisión.
Tener en cuenta que el desayuno es una de las comidas más importantes del día y debe incluir al menos un lácteo y cereales, ya sean galletas, cereales de desayuno, tostadas y si le agrega una fruta o un jugo es mejor.
Meriendas: es muy recomendable que los productos que consumamos en la medida de lo posible no sean de repostería industrial, ni tampoco snacks o refrescos tampoco productos que nos dan la sensación de estar llenos pero que no nos dejan nutrientes, ese tipo de alimentos los debemos dejar para ocasiones esporádicas pero no a la cotidianidad sobre todo por la cantidad de contenido de calorías que solo deben consumirse en menores cantidades.
Lo más recomendable es en una dosis justa centrar nuestra comida en frutas o lácteos siempre siendo conscientes que la ración es fundamental en nuestra nutrición.
La comida de mediodía: constituye la principal comida del día, por lo que el consumo de alimentos en ese momento del día debe ser muy pensado, además es un momento perfecto para las relaciones sociales, por lo que podemos aprovechar para pasar tiempo con nuestros seres queridos. Por lo tanto, se debe propiciar un clima tranquilo, sosegado, sin interferencias, como televisión, radio o mascotas.
El Postre: Siempre es mejor tratar que el postre sea una fruta y no un carbohidrato pero también podemos elegir un lácteo dulce como es el caso de un yogurt, esto siempre es recomendado por los nutricionistas.
La cena: podría intentarse que fuera otro momento de encuentro alrededor de la mesa, en ambiente tranquilo y evitando distracciones. La cena debe ser más ligera que la comida de mediodía y lo antes posible para que dé tiempo de hacer la digestión y dormir bien. Deben transcurrir al menos 2 horas antes de acostarse.