La alimentación es una de las claves para una excelente salud física y mental, pero no hay que mezclar la forma de nutrir a un niño, con la que necesita un adulto. Cada organismo tiene una necesidad diferente. El organismo de un niño no es igual que el de un adulto y sus necedades nutricionales son completamente diferentes y a pesar de que en algún momento ambos deben participar de procesos para controlar su peso, la formad e alimentarse siempre será diferente. La mayoría de adultos consumen alimentos procesados, con ingredientes especiales que se usan dependiendo de una enfermedad o de un requerimiento alimenticio, pero no siempre son benéficos para los niños, quienes están en pleno desarrollo y crecimiento y necesitan algo más completo y natural. Pero hay que cuidar que los adultos tampoco exageren con ciertos tipos de alimentos, y dentro de una alimentación normal, no hay que abusar de la comida chatarra o los dulces, de la cafeína o de la nicotina, porque todos generan un daño a corto, mediano o largo plazo.
La dieta o alimentos que deben consumir, deben ser específicos y adecuados, por eso es bueno que un nutricionista tenga participación en ello, porque a pesar de que los niños sean niños y los adultos sean adultos, cada organismo se comporta de manera diferente a ciertos tipos de alimentos, sin contar que el metabolismo de cada cuerpo puede ser más o menos acelerado. Así que los alimentos necesarios y obligatorios deben ser las carnes, pero no llenas de grasa o gorditos, los lácteos siempre que no haya restricciones por la lactosa o daños en el colon, y abundantes frutas y verduras.
Desafortunadamente y es mas por los hábitos alimenticios, los padres comenten el erro de enseñar a sus hijos a comer sin verduras o frutas y cuando tienen cerca de 6 o 7 años, solo quieren comer fritos y paquetes. Pero por otra parte, los adultos tienen tan arraigados sus gustos hacia el exceso de harina o malas costumbres, que tampoco consumen las vitaminas necesarias y que se almacenan en las frutas o las verduras. Lo que realmente sirve para toda la familia, es reducir en un porcentaje considerable, el consumo de grasas, que es lo que más obesidad y daños cardiovasculares están generando en la sociedad. Hay que prestar atención a los movimientos y tendencias alimentarias en las que se defiende e inculca el consumo de frutas y verduras pero no transgénicas, sino de cultivos naturales y sin químicos y otras sustancias nocivas.
Para un niño, se recomiendan solo un 25% de grasa en su alimentación, consumo de frutas todos los días, y reducción en productos dulces, procesados o refinados. Los cereales aunque son ricos y los alimentan, tampoco pueden tener un consumo exagerado, mientras que las carnes, sobre todo las de pescado o pollo, pueden funcionar a la perfección para su nutrición. En el caso de los adultos, lo que hay que controlar es la ingesta de carbohidratos, harinas y sal, así como el dulce, las grasa y el alcohol.