Dormir bien, un hábito saludable que ayuda a prevenir enfermedades, recuperar energías y mantener el equilibrio psicofísico. El sueño es una actividad fundamental para la calidad de vida y también para la cantidad de vida. Por ello, los expertos aconsejan dormir no menos de siete horas de forma continua y durante la noche para mantener una vida diurna activa y saludable, tanto en el piano físico como en el psíquico.
Debería ser tan sencillo como acostarnos, cerrar los ojos y dormir hasta al día siguiente, levantarnos descansados, de buen humor, y con la energía necesaria para encarar nuestras actividades diarias. Dormir parece una cuestión natural y casi instintiva, pero lo cierto es que para muchas personas no lo es.
Según la Asociación Mundial de la Medicina del Sueño, los problemas a la hora de dormir constituyen una verdadera epidemia que afecta aproximadamente al 45% de la población mundial. De allí la necesidad de difundir la importancia del buen dormir, los factores que afectan al sueño y sus consecuencias sobre la salud.
La obesidad, la hipertensión, la depresión, las enfermedades cardiovasculares en los adultos; el trastorno de déficit de atención, la irritabilidad o el fracaso escolar en los niños son algunos ejemplos de las repercusiones de las enfermedades del sueño y de los malos hábitos a la hora de dormir.
Procurar un buen dormir es un factor determinante para prevenir estas afecciones, y la manera de lograrlo no es necesariamente a través del consumo de medicamentos, que no siempre atacan el problema de raíz. El buen dormir, como toda conducta saludable, requiere de un aprendizaje. Hay varios factores que influyen en la calidad de nuestro descanso y que podemos poner en práctica de manera sencilla. La clave está en adquirir los hábitos adecuados y en acostumbrar al cuerpo a seguir un ciclo regular.
Muchas veces nos cuesta trabajo dormir, y no hacemos mas que padecerlo en lugar de proponernos un cambio. Repetir cada noche la misma rutina equivocada, favorece el desarrollo de un ciclo repetitivo de dificultades para iniciar el sueño.
Por eso, es recomendable acostarse sólo cuando comenzamos a sentir sueño y no pasar mucho tiempo en la cama despiertos o haciendo otras actividades como mirar televisión. Además, hay factores emocionales como el estrés y la ansiedad que alimentan este círculo vicioso y predisponen de manera negativa, lo que no hace más que acrecentar los problemas para conciliar el sueño.
Aunque muchos creen que se aprovecha mejor el tiempo mientras están despiertos, dormir tiene mas beneficios que forzarse a estar activos cuando el cuerpo pide descansar, Por eso, es fundamental priorizar el tiempo y la calidad del sueño para permitir la regeneración de los ciclos vitales del organismo. Porque dormir bien es la condición necesaria de una vida saludable.
Los 10 mandamientos del buen dormir
1. Establecer un horario fijo para acostarse y levantarse para respetar los ciclos regulares del cuerpo.
2. Evitar el consumo de café, te, mate, bebidas gaseosas y chocolate seis horas antes de acostarse.
3. Buscar la temperatura adecuada para dormir según la época del año y mantener la habitación ventilada.
4. No dormir más de 45 minutos durante el día para aprovechar el descanso nocturno.
5. Evitar comidas pesadas, muy picantes o con demasiada azúcar cuatro horas antes de ir a la cama.
6. Eliminar los ruidos y la luz tanto como sea posible para inducir el sueño e impedir su interrupción.
7. Suprimir la ingesta excesiva de alcohol cuatro horas antes de ir a la cama y eliminar el tabaco.
8. Hacer ejercicio regularmente, pero evitar la actividad física excesiva poco tiempo antes de acostarse.
9. Reservar la cama para dormir. No es recomendable utilizarla como lugar de trabajo o de recreación.
10. El secreto del buen dormir está en adquirir lo hábitos adecuados.