Dormir es algo que le gusta a todo el mundo pero hay personas que lo hacen a cualquier hora del día y no tienen hábitos de dormir y despertar a la misma hora todos los días. Lograrlo no es imposible y los beneficios que se obtienen son maravillosos. Es una especie de reloj que el cuerpo diseña para sí mismo y puede llegar a cansarse a la misma hora todos los días y despertar por sí mismo a la hora exacta al siguiente día. A pesar de que para muchos es imposible, para otros tantos es algo que generaron con la costumbre y no pueden cambiar por más que trasnochen o tengan una actividad fuera de su rutina.
Pero para quienes lo hacen hay buenas noticias, según un estudio, es un excelente hábito y tiene muchas ventajas, sobre todo para las mujeres, pues de acuerdo a los resultados de la investigación, las chicas que duermen y se despiertan a la misma hora, tienen una menor acumulación de grasa y es más fácil mantener el cuerpo y tonificarlo. Por otro lado, quienes descompensan el tiempo de descanso, acumulan más o menos grasa de lo normal, entonces quienes duermen menos de 6 horas tienen más acumulación de grasas, pero los que descansan más de 8 o 9 horas, tienen menos grasa acumulada. La mayoría de resultados se dieron en mujeres jóvenes y fueron evaluadas cerca de 300 chicas durante una semana.
Poder lograrlo depende de la constancia de la mente, de las ganas de querer lograrlo y de las respuesta del cuerpo, porque a veces, en medio del deseo de querer madrugar, gana la pereza o el hecho de que el cuerpo sienta un frio extremo en las horas de la mañana y prefiera quedarse durmiendo más tiempo de lo que debe, o por el contrario, que se trasnoche y aun sabiendo que tiene que madrugar, una persona se quede despierta y no descanse el tiempo necesario. La forma para que el cerebro y el cuerpo entiendan este tipo de modificaciones en la rutina, es por medio de cambios fuertes y trascendentales, entonces hay que hacerlo de alguna manera para que se genere un cambio en la fisiología y manera de actuar del cuerpo.
Por otro lado, en los niños, dormir de manera adecuada, el tiempo necesario y tener horarios de despertarse y acostarse, también es esencial e influye en sus resultados escolares. Lo primero es que se acostumbran desde pequeños a madrugar y a dormir temprano y mantener un ritmo semejante por los siguientes 11 o 12 años, es decir, durante su etapa escolar; y lo segundo, es que esta organización de descanso también proporciona mejores comportamientos porque no hay estrés o cansancio o exceso de hiperactividad y permite que el cerebro se relaje, no se esfuerce y aprenda lo necesario para que los niños logren las mejores notas.