El asma es una enfermedad generada por diversas razones y quienes lo padecen a lo que mas le temen es la practica de ejercicio, pero hay maneras de que ambos factores se lleven muy bien de la mano. Quienes padecen de asma tienen una gran limitación para muchas actividades, sobre todo las que requieren un esfuerzo físico, por ejemplo, el ejercicio. Todo se debe a la obstrucción que hay en las vías respiratorias o por el contrario, la hiperventilación que hay, alterando el proceso de respiración normal. Las razones para que se padezca son las alergias, el fumar, el humo, los virus y algunos medicamentos, aunque el frio y la humedad también pueden intervenir.
El tratamiento siempre va a ir de la mano de medicamentos y recomendaciones especiales para no exponerse a ambientes llenos de contaminación, agentes que produzcan alergia o excesivas condiciones climáticas. Lo paradójico es que los tratamientos se complementan con terapias respiratorias y ejercicio, cosa a lo que le huyen los asmáticos, pues temen que puedan morir en medio del ahogo. Lo cierto es que quienes padecen de esta enfermedad no debe limitarse en la práctica de ejercicio, pues justamente ese esfuerzo de manera controlada es lo que poco a poco puede regular su sistema respiratorio. En realidad muchos de los que han tenido condiciones críticas de asma, han mejorado por medio de la práctica de algún deporte, no necesariamente de mucho esfuerzo, pero si elemental como trotar o montar bicicleta. Todos los pacientes deben acoger este habito, desde los niños hasta los adultos mayores, y las ventajas que se obtienen son muchas, aunque varían de persona a persona y de cómo reaccione su cuerpo.
– Lo primero es que va a mejorar la condición física y la capacidad de funcionamiento de los pulmones y las vías respiratorias. Así se identificara la resistencia del cuerpo, si se pueden elevar los niveles de intensidad o si ya hay un límite el cual no se debe dejar perder por el miedo y por la entrega al sedentarismo.
– Enfrentándose a su mayor miedo, se puede reducir la ansiedad y nerviosismo que se genera antes de enfrentarse a este tipo de desafíos, pues es probarse a sí mismo que el cuerpo puede responder física y mentalmente.
– Por último, en el caso de los niños, el desarrollo sicomotriz no se quedara en bajos niveles y su nivel sicológico aumentara, sabiendo que tiene una patología, pero que eso no es motivo para que no pueda jugar, correr y mientras vaya creciendo, hacer ejercicio como los demás niños.
Obviamente el proceso puede ser algo largo pero se necesita constancia y la primera vez probablemente la fatiga, el cansancio y la sensación de ahogo sea muy fuerte, pero el objetivo es que con el tiempo y las ganas, un asmático puede diferenciar el ahogo común cuando se hace ejercicio, del que se produce por fallas en su respiración. Así pues, lo que se obtendrá es una excelente condición física, una salud mental muy buena y unos pulmones que poco a poco se recuperan.