Se presenta un amplio panorama de los beneficios nutricionales de la carne de pavo en cualquiera de sus presentaciones, así como las ventajas que contiene comparada con otras carnes.
Hasta hace muy poco tiempo, el pavo, solo se tenía como parte de la alimentación principal en las comidas de grandes y especiales celebraciones; era impensable tener una cena familiar el día de Navidad, sin la elaboración de una exquisita receta de pavo, o reunirse con familia y amigos el día de Acción de Gracias y no compartir un pavo relleno. Incluso en algunos países se acostumbraba para el último día del año, hacer un pavo especial.
Sin embargo, con la llegada obsesiva del “culto al cuerpo”, en la que entre muchas otras costumbres está la de tener un cuerpo perfecto, sin grasa, de líneas delineadas casi sobre la estructura ósea, el pavo empezó a tener una mayor cabida dentro de loa planes alimenticios ideales, por su escaso contenido de grasa, su total ausencia de colesterol y por su alto valor nutricional.
Igualmente la industria de los embutidos se fue tecnificando poco a poco y ampliando la oferta de productos a base de la carne de pavo, al punto que hoy en día se encuentran en cualquier supermercado una gran variedad de ellos, a precios accesibles para cualquiera, lo que ha masificado su consumo.
La carne de pavo se puede encontrar en el mercado de distintas formas para preparar distintos platillos. Así su presentación es como pavo natural, ahumado, en jamón, bistec, pechuga de pavo y en paté, entre otros.
El pavo forma parte de las carnes blancas, que se caracterizan por tener poca grasa y bajo nivel de colesterol. La mayor parte de la grasa del pavo se concentra en la piel, por lo que no es recomendable consumirla.
El pavo tiene las mismas propiedades nutritivas que el pollo, así entonces, la pechuga por ejemplo, es la parte más magra. Además el pavo es fuente de proteínas, vitaminas del grupo del complejo B como la B1, B3, B5, B6, biotina, B12 y el ácido fólico y de minerales como el fósforo, el potasio, el magnesio, el hierro y el zinc.
Como se decía, el pavo es rico en proteínas, como el pollo, pero la cantidad puede variar dependiendo de la elaboración, así por ejemplo, el pavo asado tiene un 26% de ellas, mientras el contenido de calorías es sumamente bajo.
Gracias a la elevada cantidad de proteínas del pavo, es un buen recuperador muscular que además ayuda a regular los niveles de colesterol en el organismo. La gran cantidad de vitamina B3 o niacina que tiene, la carne de esta ave es un excelente contribuyente a la hora de necesitar recuperar o mejorar el estado de salud del hígado.