Se da una explicación sobre las consecuencias que causa sufrir de un ataque de ciática y se explica un ejercicio que puede ayudar a prevenirlos.
Únicamente los que han sufrido una crisis del nervio ciático pueden dimensionar el dolor y los inconvenientes que ocasiona este padecimiento. Entre los muchos remedios que son recomendados por los médicos, se encuentran un cierto tipo de masajes, baños con hierbas y agua caliente pero no hirviendo y ejercicios de estiramiento, con el propósito de aliviar ese intenso dolor que se localiza en la parte posterior del muslo por detrás de la rodilla y que llega a afectar la pierna y hasta el pie en los casos más agudos.
Cualquier movimiento que se trate de realizar resulta tan doloroso que los afectados suelen guardar reposo en cama, que no alivia ni el dolor ni las causas, pero que les garantiza cierta inmovilidad que es lo único que desean.
Estos ataques de ciática pueden ser episodios cortos de unas cuantas horas, como pueden presentarse por semanas enteras, generando muchas complicaciones al enfermo y lo peor es que los dolores por lo general se intensifican por las noches causando además largas horas de insomnio, haciendo más difícil la situación al introducir un factor nuevo al ya existente
Su nombre hace referencia justamente a la irritación del nervio ciático que se produce generalmente por un deterioro de los cartílagos entre dos vértebras, que terminan presionando las raíces nerviosas que generan tantísimo dolor. En muchas ocasiones, el dolor llega a ser tan intenso que termine por convertirse en una condición incapacitante.
La mayoría de los enfermos con esta condición presentan algunos síntomas que son comunes a todos, que son la sensación de escozor, una notoria debilidad muscular concentrad básicamente en las piernas y disminución de los reflejos tanto en las rodillas como en los tobillos.
Pero esta afección puede llegar a producir situaciones de parálisis, en los que los síntomas más frecuentes son una sensación como de hormigueo en las piernas y que se hace extensivo hasta los pies; ha habido casos muy severos en los que esa sensación se extiende incluso a la pierna contraria; por supuesto un agudo e intenso dolor que puede generar una gran irritabilidad en el paciente y a veces pueden presentarse espasmos musculares en los glúteos.
El siguiente ejercicio puede ayudarlo a prevenir los ataques de ciática y es muy fácil, aspi que pruebe a hacerlo.
- Coloque una manta gruesa sobre el piso
- Acuéstese encima de ella, estando boca arriba
- Coloque una almohada bajo la cabeza y procure una posición recta en el piso
- Doble muy lentamente las rodillas hasta que logre conseguir que los pies se acerquen lo más posible a las nalgas y agarre las rodillas con las manos
- De esta manera la zona lumbar que es la problemática queda en forma plana
- Debe permanecer en esa posición durante solo 10 minutos
- Este ejercicio evita el aprisionamiento del nervio ciático