Se da un aguía para poder elaborar un plan de dieta alimenticio durante el tiempo del embarazo, con cantidades aproximadas o con sugerencias que equivalen a las proporciones que se aconsejan.
Los conceptos máximos sobre los que debe planearse la dieta alimenticia que requiere una mujer que se encuentra embarazada, debe ser bastante natural y balanceada. Deben. Las comidas, deben caracterizarse por ser ricas en fibra, minerales y vitaminas que aporten los nutrientes necesarios para el bebé que viene en camino.
Además de consumir alimentos de cada grupo que han sido mencionados anteriormente, es importante incluir complementos vitamínicos prescritos por su médico de confianza. De esta forma se estará seguro de que se están recibiendo todos los aportes nutricionales necesarios.
Una mujer embarazada debe incrementar su aporte calórico a 250 calorías más de lo que normalmente ingería. Sin embargo debe hacerlo consumiendo proteínas, como pescado, carnes rojas y blancas, derivados de la leche, verduras y frutas.
Lo que se debe evitar o por lo menos disminuir al máximo es el consumo de productos de pastelería, cargados de azúcar y de harina blanca, así como las golosinas, los bombones y los chocolates. En general estos productos aumentan las calorías, pero no aportan ningún nutriente y además causan un gran deterioro en los dientes.
Una guía para una dieta variada
A continuación presentamos una lista de los requisitos alimenticios que necesita una mujer que se encuentra en embarazo. Es importante no olvidar, que aunque es una guía de los alimentos que pueden llegar a ser más beneficiosos, se debe consultar con un médico especialista que puede asesorarlo mejor respecto a cada caso en concreto.
Las frutas son necesarias de 2 a 4 raciones por día; recuerde que una ración equivale a media taza de fruta fresca cortada en trozos, o una fruta mediana, como una pera o una manzana.
Los cereales son necesarios de 6 a 11 raciones diarias; una ración equivale a un pedazo pequeño de pan, 150 gramos de cereales o 100 gramos de arroz o de pasta.
Los lácteos se necesitan de 3 a 4 raciones diarias; una ración puede ser un vaso de leche, descremada y desnatada, dos yogures, o 150 gramos de queso fresco o un flan.
Las proteínas se requieren de 2 a 3 raciones por día en la que una ración puede ser un filete de cualquier tipo de carne roja, o carne blanca como pollo y pescado.
Las verduras son necesarias de 3 a 5 raciones diarias, en donde una ración equivale a una taza mediana de verduras crudas o media taza de verdura al vapor.