Para muchos el helado puede significar un aumento de peso seguro pero realmente es todo lo contrario. Es un alimento que proporciona placer sensitivo en quienes lo consumen y beneficios para el cuerpo. Y aunque su consumo ocasional no significa que se llegue al sobrepeso si hay que tener en cuenta que en exceso puede ser malo. Para muchos es una tentación, para otros solo una forma de refrescarse durante las épocas de verano e intenso calor. Y lo bueno es que tiene tantas innovaciones tanto en preparación como en presentación que cualquiera cae rendido a sus deleites y esa idea de que solo sirve para climas calientes puede dejarse atrás. Según estudios, el consumo de helado no afecta la garganta ni brinda todos los kilos que las personas piensan.
Obviamente cuando una persona está enferma y debe tener restricciones de alimentos fríos lo mejor es no consumirlos, pero más por cuidado para no empeorar la enfermedad y no tanto porque sea nocivo para la salud, por el contrario, la investigación respalda el hecho de que ayuda al sistema óseo, aporta vitaminas, regula la tensión, y ayudan a ciertos grupos con necesidades especificas: por ejemplo los que hacen para diabéticos.Pero hay que tener en cuenta que los que se pueden considerar benéficos son los elaborados a base de yogurt, frutas y leche, pues concentran los nutrientes y son naturales. Tienen muchísimo calcio y poseen un bajo porcentaje de grasa, además que pueden modificarse para tener menos azucares. También es recomendado para reducir molestias en las amígdalas o para calmar dolores en los dientes o muelas.
Y las personas lo buscan no solo por el beneficio que pueda brindar a la salud sino por el placer que produce comerlo ya que satisface todos los sentidos y agrada bastante. El helado no ayuda a subir o bajar de peso, simplemente debe ser incluido en una dieta balanceada para no aumentar kilos. Los helados light aportan para controlar el nivel de calorías pero se complementa con la dieta que busque lo mismo. Aunque hay que tener en cuenta que si se consume en exceso si puede haber una subida de peso por los azucares y la grasa que aunque sea en algunos poca, puede hacer engordar. Por otro lado su valor nutritivo es alto y lo recomiendan por su concentración en vitaminas a niños y a adultos mayores y así reforzar su organismo de manera sana y con algo que les parece delicioso.
Para las afecciones emocionales también es un buen aliado, pues es lo que generalmente se consume cuando se está triste o en una profunda depresión. Y hay una relación de dos elementos: uno es el gusto que genera en la persona y dos el recuerdo que se guarda de la infancia cuando todas las cosas buenas que se hacían se premiaban con helados. Pero lo bueno es consumirlo en cualquier momento y sentirse feliz al comer algo que agrada. También hay que tener en cuenta que hay helados para todos los gustos y los hay desde agua, pasando por los de leche o terminando en aquellos con trozos de fruta, galletas o que incorporan dulces o salsas en su interior.
Por último hay algunas personas que sufren alergias a alimentos muy fríos y pueden sentir dolores de cabeza pero son momentáneos y no quiere decir que sean prohibidos.