Se habla de varios de los mitos más comunes que existen alrededor de la alimentación durante el tiempo de embarazo; se explica de cada uno y se disipan las dudas que pueda tener la futura madre, sobre todo teniendo en cuenta que las creencias populares han afianzado muchos de estos mitos.
Alrededor de las dietas alimenticias para las mujeres embarazadas se han tejido una serie de creencias, que en algunos casos son aseveraciones válidas y otras veces, son completamente falsas. Aquí hablaremos de algunos de los mitos.
Uno de esos mitos dice que no importa lo que la futura madre coma, ya que eso no afecta al bebé; sin embargo, si es muy importante ya que los alimentos son la fuente de nutrientes para la madre y el bebé. En ocasiones los bebés nacen con enfermedades por deficiencia de nutrientes aunque la mamá no haya presentado signos de deficiencia durante el embarazo.
Otro de estos mitos es cuando la futura madre es vegetariana y todos alrededor sugieren que no es conveniente llevar este tipo de alimentación durante el embarazo por el bebé; lo más importante en la dieta es que la ingesta de vitamina B12, D, calcio, hierro y zinc sean adecuadas. La leche de soya fortificada y los cereales pueden ser una fuente de estos nutrientes, pero se debe revisar las cantidades. Lo mejor es acudir al médico, en caso de que sea necesario un suplemento vitamínico.
Otro mito es por la conveniencia o no de hacer ejercicio físico durante el embarazo. Es recomendable hacer ejercicio moderado durante este tiempo, puesto que favorece la circulación de la sangre al útero y mantiene en forma a la madre para el momento del parto, además de ayudarla a tener una recuperación más rápida. Los ejercicios más aconsejables bajo la supervisión del médico son: Pilates, yoga, Thai Chi, caminatas y natación.
Otro mito hace referencia al consumo de bebidas alcohólicas en este período, que por lo general no se recomiendan más allá de los tres meses e incluso hacia el final del embarazo, ya que aun cuando parezca increíble, la madre toma alcohol y el bebé también.
El mito más generalizado habla sobre el perjuicio que se puede causar al bebé cuando la madre tiene un capricho específico de comida y no lo consume. Los antojos durante el embarazo no están relacionados a las necesidades del bebé, por lo que si no puede satisfacer el antojo no es problema.
La acidez se produce normalmente por una opresión del bebé sobre el aparato digestivo y un aumento de las secreciones de jugo gástrico por algún alimento, procura evitar comidas muy condimentadas y no te acuestes terminando de comer, pero no todas las mujeres padecen de acidez durante el embarazo.