La obesidad nunca puede ser justificada y tampoco hay que crearse falsas expectativas y mitos acerca de una enfermedad que puede llevar a las personas a la muerte. Por eso es mejor desmentirlos de una vez y que quienes están en riesgo de padecer de obesidad, sepan en que no deben creen. Sobre todo se generan mitos y creencias de todo tipo y la obesidad no es la excepción y más cuando se incrementan las estadísticas acerca de las personas, entre hombres, niños y mujeres que están sufriendo de esta enfermedad. Entre los más comunes, está el cree que hay pastillas milagrosas o entregarse a las manos de la liposucción creyendo que con esto nunca más se subirá de peso. El problema se agrava al saber que con el paso de los años la población obesa subiera de nivel y no solo los adultos sufrirán, sino también los jóvenes y hasta más pequeños de los que ahora la tienen y aunque la gente sabe a lo que se expone, siguen consumiendo alimentos de todo tipo, refinados, ricos en grasa, fritos y ricos en azúcar.
Dentro de los mitos más populares que se manejan, está el decir que la panza o la barriga que sale no es peligrosa. Para los médicos, desmienten esto y aclaran que la cantidad de grasa alojada en esta parte del cuerpo se relaciona con la diabetes, la hipertensión y los problemas cardiovasculares, sin contar que por el exceso de grasa, algunas funciones de ciertos órganos como el hígado o el páncreas se pueden ver alteradas. Algunas cirugías no son las soluciones definitivas para bajar de peso y mantenerlo estable, pues no es un sistema milagroso que inhiba la grasa del cuerpo si se sigue comiendo de manera incorrecta. Entonces, es necesario tener una dieta estricta y unos cuidados necesarios acompañados de consumo de agua y ejercicio para mantener el resultado de la cirugía. Además, este paso no se aplica directamente a un caso de obesidad, pues primero hay que cumplir con un proceso de medicamentos, dieta y cambios en estilos de vida.
Hay gente que cree que el metabolismo y el peso se regulan por semana, entonces, una semana se come exageradamente y la otra se come poco, solo vegetales y agua. Lo que en realidad se logra es desestabilizar el cuerpo y no darle los nutrientes que necesita todos los días. Una persona con obesidad al hacer una dieta tan estricta en donde deja de comer para perder unos 4 a 5 kilos por semana, puede llegar a sufrir paros cardiacos o bajonazos de presión. Una de las excusas que utilizan las personas muy obesas o casi mórbidas, es que los gorditos son felices, entonces no se esfuerzan por bajar de peso, así sea por recomendación médica. Con este argumento, que por cierto es bastante incoherente e infantil, justifican su manera exagerada y obsesiva de comer. Esta frase también es usada para resistir a las críticas que los demás les hacen y poder soportar desde burlas y humillaciones por culpa de su peso.