Se plantea el problema de la obesidad en la población en parte causada por los malos hábitos alimenticios producidos por el consumo masivo de la comida chatarra.
Aun cuando mucho se ha satanizado a la comida chatarra, no se le puede achacar en su totalidad que la obesidad y las enfermedades adyacentes, sean causadas por este tipo de comida, pero lo que sí se puede afirmar es que es uno de los factores principal del problema masivo de obesidad en los niños.
Un combo grande de comida chatarra, que consta de una hamburguesa doble con queso, papas fritas, bebida y postre, puede contener 9200 kJ (2200 kcal), las cuales, a una tasa de 350 kJ (85 kcal) por milla, requerirían una maratón para ser quemadas. Otra posible causa de la obesidad es la vida sedentaria que han adoptado los niños en la actualidad.
Así que entre los malos hábitos alimenticios compuestos en su mayoría por comidas como las que componen lo que se conoce como comida chatarra y la falta de actividades físicas, que hace que los niños lleven una vida muy sedentaria, han terminado por crear una letal combinación para su salud.
Hoy día por lo general vemos en los niños problemas de nutrición. Esto contribuye a problemas sociales y psicológicos en el desarrollo del niño, pero sobre todo lleva a tener desde muy chicos un deterioro evidente e irreversible en su calidad de vida. El índice de obesidad, problemas cardiacos y hasta repercusiones psicológicas se ven reflejadas en los niños a causa de la malnutrición que impera en la sociedad moderna estadounidense.
El mecanismo de propaganda de los restaurantes de comida rápida hace que este índice tenga más revuelo, creando así graves problemas de salud en los niños. El gran poder de la influencia publicitaria, crea un desplazamiento de valores nutricionales que cualquier niño necesita en su desarrollo, causando así los problemas antes mencionados. La comida chatarra en sí, es una mercancía, que a los ojos de las industrias debe venderse a gran escala para obtener lucro de ella, no importa el valor nutricional de la misma, sino la mayor cantidad de ventas posible.
Si bien la industria de comidas chatarra aporta al funcionamiento de una economía, generando consumo y miles de puestos de trabajo tanto directos como indirectos, es claro que el daño a la sociedad en general es inmenso teniendo en cuenta que esas ventas masivas terminan siendo un problema de salud pública que debe atenderse con recursos que se obtienen de los impuestos.
La obesidad tanto en adultos como en la población infantil, ya hace tiempo dejó de ser un tema particular de la familia que tiene algún miembro que la padece, para convertirse en un problema generalizado.