La comida rápida tienee muchas desventajas para nuestro organismo. En este artículo encontrarás las diferencias entre una comida casera y una comida comprada en la calle.
La comida rápida tiene un alto contenido de grasa, sodio y azúcar, conocidos como «roba-huesos». La razón principal por la que debes evitar la comida rápida es que no mantienes un equilibrio nutricional, ya que no es fácil controlar la forma en que se cocina.
Algunos alimentos de preparación rápida tienen mucho aceite y mantequilla (sin ninguna garantía de pureza) y por lo general, tiende a ser escasa de frutas y verduras frescas.
Los refrescos y bebidas de cola contienen una considerable cantidad de fósforo, un ácido de formación de minerales en el cuerpo. La investigación ha demostrado que el fósforo puede interferir con la capacidad del esqueleto para absorber el calcio. Un reciente estudio reportado en la revista Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine sugiere que las adolescentes que beben gran cantidad de refrescos puede aumentar el riesgo de fracturas óseas y osteoporosis.
Estas bebidas también contienen grandes cantidades de azúcar refinada o sustitutos del azúcar que son igualmente peligrosas, que fomentan aún más la pérdida de hueso.
Los investigadores también concluyeron que una dieta rica en alimentos de preparación rápida aumentará el riesgo de aumento de peso y obesidad, a pesar de que pueden sentir que no están comiendo más que en una comida normal. La diferencia entre una comida rápida y una hecha en casa es la gran cantidad de calorías y grasas que se ingieren de una sola vez.
Mantener la salud ósea con la comida
La dieta típica de comida rápida es un factor importante en el debilitamiento de los huesos. La ingesta de muchos alimentos que forman ácidos (proteínas, harinas refinadas, azúcares) y la insuficiencia de alimentos alcalinizantes para equilibrarlos (frutas, verduras, algas) puede exacerbar la pérdida de masa ósea. Beber gaseosas es tal vez la costumbre más extendida, que promueve la falta de calcio.
El calcio sólo trabaja para apoyar a los huesos cuando se come con sus «compañeros de equipo»: magnesio, vitamina D y ácidos grasos esenciales. El calcio por sí solo puede fortalecer los huesos, pero también puede hacerlos frágiles. Apoyar la matriz de colágeno de los huesos es crucial para la flexibilidad. Las proteínas y vitamina C, estimulan la matriz de colágeno. En vez de adivinar la proporción adecuada de estos nutrientes y en función de los suplementos, apoya a la salud ósea a través de alimentos de alta calidad.