Se expone una propuesta llevada a cabo por la Secretaría de salud de México en le sentido de colocar impuestos a la comida chatarra y a todos los productos de la industria de comidas rápidas que tengan altos valores calóricos, como medida para frenar el problema de la obesidad en México.
Ante el desolador panorama de las cifras que revelan que México es uno de los países del mundo más afectado por el problema de la obesidad, la Secretaría de Salud de México busca lograr acuerdos con el 10% de los empresarios nacionales para proponer u incremento en los impuestos para los alimentos de las comidas chatarra, señalando que la medida ha funcionado exitosamente en varios países europeos.
Esta dependencia del Estado, está empeñada en impulsar políticas fiscales para agregar un impuesto a los productos chatarra o a aquellos productos alimenticios con alto contenido calórico, como una medida para combatir el sobrepeso y la obesidad en la población mexicana.
Durante el desarrollo de un encuentro nacional sobre el tema de la obesidad, cobijado bajo el lema de “5 pasos por tu salud”, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Mauricio Hernández, aseguró que la obesidad debe ser combatida desde varios frentes y que aun cuando comprenden que esta medida, no es bien recibida por la industria, si reduciría la compra de alimentos que afectan la salud de los mexicanos de manera tan preocupante.
Hernández también afirmó, que esta propuesta tendría que ser debatida por los legisladores para posteriormente pasarlo a una norma mexicana y comenzar los trabajos con la Secretaría de Economía para elevar los impuestos a productos con grasa saturada, grasas trans y bebidas azucaradas.
Señaló que los esfuerzos realizados en los últimos años se han enfocado en erradicar la obesidad infantil, por lo que controlaron la venta de productos chatarra en las escuelas y la publicidad de golosinas o alimentos con grasas saturadas.
Sin embargo, reconoció que quedan cinco retos por cumplir en el corto y mediano plazo: “incentivar la venta y producción de frutas y verduras, eliminar grasas trans en alimentos industrializados, producir bienes de consumo bajos en grasa y llevar un control mayor de la publicidad”.
El funcionario también señaló que otra de las medidas, en la que ya trabaja la Secretaría de Salud con las empresas, consiste en etiquetar con una “palomita” los productos que contribuyen a una buena alimentación, lo cual “le permitiría al consumidor comparar dos productos similares y diferenciar el que le alimenta y el que no”.
Mauricio Hernández manifestó que esta medida ha funcionado en países europeos y ha obligado a la industria de otras regiones a mejorar la calidad de sus productos para fomentar un mercado más variado y enriquecer la competencia de los productores.
Aunque la industria no ha querido apoyar la idea, Hernández dijo que la Secretaría de Salud espera lograr acuerdos con por lo menos el 10% de los empresarios, para que éstos se convenzan de etiquetar sus productos.