Ya sean frescas, con pastas o arroz, o guisados con carnes, las setas son siempre una mina de minerales inmunoestimulantes.
El sabor y el aroma de las setas, además de ser apreciados por los paladares más refinados, son de por sí, terapéuticos. Pero,¿cómo es su composición?
La mayor parte se compone del cuerpo fructífero, la base y la cabeza, que es la parte aérea, y una parte subterránea, que consiste en una densa red que puede extenderse por varios metros y que está formada por filamentos delgados llamados hifas, que absorben nutrientes del suelo y los transportan a la parte aérea.
Mejoran el sistema inmunológico
El sombrero o cabeza de las setas muestra en la parte inferior numerosas películas (llamadas las laminillas) o tubos delgados (túbulos). Es aquí que se forman las esporas que, llevada por el viento, contribuyen a la propagación de la especie.
Según una investigación realizada hace unos años en la Universidad Estatal de Arizona en conjunto con colegas de la Universidad Estatal de Pensilvania, el contenido mineral de los hongos (especialmente los blancos) favorecería el desarrollo de un sistema inmunológico más resistente y tendría incluso virtudes antitumorales.
Consumidos cada 2 días son una verdadera vacuna
Desde un punto de vista nutricional, las setas en general se componen de un 90% de agua, 3% de proteína y un 3 a 5% de carbohidratos (glucógeno). Es alto el contenido de minerales (especialmente fósforo y potasio, sales particularmente relacionadas con las células del sistema inmune), vitaminas A y Grupo B, y fibras.
Para una terapia inmunoestimulante
Las setas se deben consumir 2-3 veces a la semana: frescas, en rodajas en las ensaladas, guisadas como guarniciones o salteadas combinadas con arroz, pastas o carnes.
Los hongos secos deben guardarse en una bolsa de vacío y consumirse a más tardar hasta un año después de la cosecha.
Un «hongo» especial: la levadura
Un hongo microscópico pero muy conocido es la levadura: rica en principios activos, contiene minerales, lípidos, proteínas, vitaminas del grupo B, pro-vitamina D, vitamina E y H. Se utiliza contra la anemia, intoxicación alimentaria, colitis, estreñimiento y el acné.
Si no es amante las setas frescas, durante todo un mes consuma por la mañana una cápsula o un sobre de levadura: nutrirá así las células inmunes.