En una dieta habitual, se debería limitar, desde una edad temprana, el consumo de grasas alimenticias, para disminuir la cantidad de colesterol en sangre. En general, una dieta balanceada bajará el nivel de colesterol alrededor de un 5%. En casos leves, esta reducción puede ser suficiente, ya que el riesgo de un infarto de miocardio disminuye un 2% por cada 1% que disminuye el colesterol. En los casos en que la dieta sea insuficiente para lograr las cifras de colesterol ideales, el cardiólogo le indicara si es necesaria alguna medicación
Existen varios tipos de grasas alimenticias, veamos sus características y donde se encuentran:
Grasas saturadas
Estas grasas elevan el nivel de colesterol al transformarse y metabolizarse. Se recomienda disminuir su consumo. Se encuentran, principalmente, en los alimentos de origen animal como:
– Carnes grasas (vaca), aves (piel) y cordero.
– Productos lácteos, manteca, helados y pastelería industrial.
– Aceite de coco.
Grasas monoinsaturadas
Tienen un efecto beneficioso sobre el colesterol, bajando el colesterol «malo» y aumentando el «bueno». Por lo que se recomienda aumentar su consumo.
Se encuentran principalmente en el aceite de oliva y frutos secos (nueces, almendras).
Grasas poliinsaturadas
Tienen un efecto beneficioso en la regulación del contenido de colesterol en sangre, por sus aportes de colesterol “bueno».
Se recomienda intentar utilizarlas sustituyendo a las grasas saturadas, pues actúan contra la formación de la placa de ateroma, que estrecha las arterias, produciendo arteriosclerosis.
Se encuentran en los aceites vegetales de girasol, maíz y de soja.
Grasa Omega 3
Presente en el aceite de pescado, esta grasa disminuye la tendencia a formar trombos en la sangre, siendo por ello muy recomendable.
Se encuentra en la trucha y el salmón.
Ácidos grasos Trans
Es un tipo de grasa «artificial», que se encuentra en alimentos como las papas fritas. Actúan igual que las grasas saturadas, aumentando el colesterol «malo», por lo que es conveniente restringir su consumo.